miércoles, 29 de junio de 2011

MAS DESPEDIDAS (Y VAN...)

Pues sí, es lo que tiene hacer amigos, que luego tardas semanas en despedirte de ellos! Lo curioso es que no están siendo despedidas melodramáticas. La sensación de que es más un "hasta la vista" que un verdadero "adiós" facilita las cosas. Y también hay que decir que nos negamos a ver la realidad, parece que esto no va con nosotros y que hasta que tomemos el avión no nos lo vamos a creer. Bueno, entre tanto nos seguiremos divirtiendo...

MARTES 28: Pasamos la mañana, por supuesto, haciendo maletas y recogiendo. A mediodía vino Oly, una buena amiga de la Conversación que se perdió el picnic del domingo porque no nos encontró, a casa a despedirse, QUÉ MAJA! Por la tarde pasó Mihaela, otra amiga de La Conver, pero no sólo a despedirse sino también a llevarse la bici de Cris. Nos encanta eso de que nuestras cosas tengan la oportunidad de disfrutar una nueva vida.

Por la tarde Liesa vino a recogernos para cenar en un japonés. Dave nos esperaba en el restaurante con todo preparadito. La comida estaba deliciosa. Básicamente era sushi, tempura y sopa. Nunca habíamos comido un sushi tan rico y creativo. Tras la cena, postre y té en casa de Liesa. Allí practicamos juegos matemáticos con Dave, que creo que directamente nos mató media docena de neuronas a cada uno. Es lo que pasa cuando te juntas con gente lista...

MIÉRCOLES 29: El miércoles tocó seguir con las maletas (tenemos 7 de 23 kilos cada una + las cuatro pequeñas + las mochilas + los ordenadores, AGGG!!!) y con la limpieza. A media mañana asistimos a la asamblea final, en la que el curso de Carmen cantó "Here comes the sun" ("Ya viene el sol"). Debe ser una broma, a lo justo lo hemos visto este mes. La mayor parte de los días está nublado o llueve. También nos despedimos de las profesoras y madres de Central School. Ana y Carmen entregaron a sus profes postales caseras con fotos suyas. Ay, qué emotivo! La pobre Ana, abrazada y estrujada por todas sus compañeras, terminó llorando.

Por la tarde las peques se fueron a jugar con su vecina Anita y no las vimos en más de tres horas. Después, cena en casa de nuestros vecinos, la familia Pinard. Fue un placer probar los distintos platos (puré, ensaladas, brochetas) y disfrutar de su compañía. Son una familia muy divertida, alternativa y con muchas ganas de charlar y conocer nueva gente y exprimir lo que nuestra zona ofrece. Las niñas, Charlotte (13) y Pamela (16) son muy buenas cocineras y excelentes artistas: pintan, tocan intrumentos... Ana y Carmen les entregaron otra postal casera con dedicatorias y la consabida viñeta de nuestra artista particular. Las cuatro niñas/adolescentes estuvieron dibujándose mutuamente mientras los padres hablábamos de lo divino y humano hasta casi las 11 de la noche. Qué pena haber descubierto a nuestros fabulosos vecinos sólo horas antes de marcharnos de Port Coquitlam. Sabéis quién tiene la culpa? El tiempo! Sí, quedamos hace mil años en hacer una barbacoa al sol pero como nunca llegaba...

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