martes, 28 de junio de 2011

DESPEDIDAS: THE CONVERSATION, KHALLIDS, ISABEL...

Este fin de semana ha sido, como casi todos, una montaña rusa. Además, tocaba despedirnos de muchos amigos y ha resultado especialmente emotivo:

SÁBADO 25: Como, para variar, llovía nos fuimos a despedir del lugar favorito de las peques en Downtown: Science World. Es un parque temático dedicado a la ciencia pero con un enfoque muy interactivo. Una vez más las peques se enredaron con los mil artefactos que tienen a disposición del público pero sobre todo, nos centramos en las actuaciones en vivo: globos, juguetes y una nueva llamada "Los cuentos del castor". Es el sitio perfecto para pasar dos o tres horas entretenidas.

Después fuimos a otra atracción única de esta ciudad, la biblioteca. Curiosamente, estaban preparando una graduación y tenían todo el promenade (el hall cubierto donde están las terrazas de los cafés) lleno de sillas y mesas para la cena. La fórmula es muy sencilla: unos particulares (alumnos de un instituto o universidad) alquilan un espacio público (biblioteca) para un acto privado (graduación). A los que se gradúan les sale más barato que cualquier otro local y la biblio saca un dinero extra que beneficia a todos.

En la biblio, y tras tomar prestados 10 o 12 audiobooks, nos encontramos con nuestra querida Tillat. Habíamos quedado para hacer un picnic pero como el día salió lluvioso lo cancelamos. Por la tarde, por supuesto, salió el sol para dejarnos con cara de tontos. Bueno, el plan B era muy atractivo: cena en casa de los Khallid. Farooq había preparado un arroz riquísimo, berenjenas con yogur y salsa de tamarindo y tarta de queso, ummmm! Estuvimos hablando hasta las 11 de la noche, interambiamos regalos (camisetas para nosotros, "Something Fierce" para ellos) y nos trajeron de vuelta a casa. No nos despedimos del todo porque el lunes quedamos para dar una vuelta en bici. Qué día más intenso!

DOMINGO 26: Tuvimos que madrugar porque teníamos que hacer quiches para nuestros amigos de "La Conversación": cebollita confitada, champiñones, bacon, QUÉ RICO!!! El encuentro fue en Rocky Point, un parque precioso junto al Burrard Inlet donde nos juntamos todos para hacer un picnic. El día salió soleado, incluso caluroso. Decidimos no ir en bici porque queda lejos (7 km) y con las niñas y las quiches (y el balón, y la cometa, y las raquetas de badminton, y...) era toda una aventura sólo llegar a la cita. Coger el bus fue la decisión más sensata de la mañana.

En el parque nos juntamos 25 o 30 personas de "La Conversación" y charlamos, comimos, jugamos, reímos... O sea, como siempre. También aparecieron Isabel y su hija Julia. El calor humano era más intenso que el del propio sol (que me quemó el cuello, por cierto). Toda la comida estuvo riquísima y el ambiente el habitual: distendido, divertido... O sea, como cualquier día pero en un lugar diferente y rodeado de cometas, niñas en braguitas que iban a remojarse en el parque acuático, frisbees, balones... Muy entretenido. Hubo abrazos finales, emoción contenida (nos negamos a ver la realidad) y muchos propósitos de volver a vernos a uno u otro lado del charco. Isabel nos trajo de vuelta en el coche y nos ahorramos el paseíto y el bus.

LUNES 27: Hacía tiempo que queríamos dar una vuelta en bici por Vancouver pero el tiempo se nos había puesto en contra. Por fin, el lunes nos dejó. Prontito por la mañana dejamos a las peques en casa de Sandra y William, nuestros vecinos colombianos, y cogimos el West Coast Express, el tren que en media hora larga nos deja en Downtown. Después nos tomamos un café y nos encontramos con Tillat y Farooq, nuestros compañeros de pedaladas en nuestra despedida bicicletera de Vancouver.

El recorrido, como ya hemos comentado otras veces, es espectacular: Stanley Park, English Bay, False Creek, Olympic Village y finalmente Granville Island. Allí visitamos nuestras tiendas favoritas (la turca de las botas, la de las hamacas...) y A COMER! Pedimos japonés, coreano, fish and chips e indio, qué variado! Más tiendas después de comer (artesanía africana, sombreros, cerámica) y café con postre en el Blue Parrot, el mismo bar en el que habíamos comido.

La vuelta a Downtown la hicimos en un periquete y tuvimos que enfrentarnos a la despedida. Entre que nos negamos a ver la realidad y que sabemos que vamos a ver a estos amigos, el adiós fue más contenido que nuestros sentimientos. Bueno, mejor así, no es cuestión de montar un numerito en la misma calle donde los alborotadores y macarras de la noche del 15 de junio montaron el suyo.

Volvimos a casa en el West Coast Express y preparamos un poco de cena para Isabel, Armand y Julia. Estábamos tan a gusto contando historias de abuelas y jugando a las cartas que se nos olvidó echar una foto. Bueno, en el recuerdo se quedará también impresa esta cena tan especial y divertida. ADIÓS AMIG@S!!!

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