El primer fin de semana de Exter y Super-Brigi, la abuela incombustible, ha sido movidito. Como decía el Destripador, vayamos por partes:
VIERNES 13: Desafiando a la tradición (aquí los viernes 13 tienen mal fario) las tres flores se fueron a la montaña de Burnaby. Es un paraje precioso, una colina cubierta de árboles en medio de Vancouver. Desde arriba hay unas vistas fabulosas hacia Indian Arm, el fiordo que nace de la misma ciudad. Arriba hay un parque con totems japoneses donde nuestras chicas se hicieron las fotos de rigor.
Después del monte y el ejercicio tocaba ponerse guapas en la peluquería de nuestra amiga Cristina, una húngara que hemos conocido en las clases de conversación. Allí, además de arreglarse y teñirse Cris y la abuela, las tres se depilaron las cejas con una técnica que ninguna conocía: a mano con un hilo de coser! Increíble pero cierto.
Ya de vuelta en casa, cortamos unas ramas de ruibarbo de nuestro jardín para hacer mermelada. Todos los días desayunamos con ella y está buenísima.
SÁBADO 14: Sabíamos que no tendríamos buen tiempo pero nos aventuramos con Burnaby Village, una especie de museo etnográfico al aire libre con muchas casas y espacios propios de la Canadá de hace 100 años: la botica, el colmado, el teatro, la panadería, la fragua, la iglesia, el colegio, el tiovivo, el tranvía... Además, están celebrando su 40 aniversario y es gratis todo el año. El ayuntamiento de la ciudad les paga para que permanezca abierto y, de paso, más gente lo conoce. Dicen que es un experimento (comercial y sociológico) y que quieren aprender de él.
Después paseamos alrededor de Deer Lake (chulisimo!) y vimos las casas más espectaculares de la ciudad. Finalmente, Pot Luck Party en "The conversation". La abuela se quedó en casa cuidando de las niñas y viendo un clásico del cine español: "La gran familia". Los demás nos fuimos a la fiesta. Allí nos encontramos, como siempre, gente de todos los rincones del mundo: Irán, Méjico, Corea, China, Japón, Hungría, Moldavia... Por haber, hasta de Canadá había. Comimos un poco de todo (vaya éxito las albóndigas de la abuela Titi!) y bebimos mayormente refrescos, especialmente uno de aloe vera. El alcohol no está permitido en "La Conversación" porque no es un bar. Qué pena!
Volvimos a casa en bus y nos encontramos con todo en orden: las niñas habían acostado a la abuela, que roncaba plácidamente (qué bien nos duerme!) y ellas estaban viendo una película. Cómo se portan las tres chiquillas!
DOMINGO 15: Hoy sí que no nos podíamos escapar de la lluvia, así que optamos por un plan muy socorrido: Granville Island. Como ya sabréis, es una zona indurstrial de Vancouver reconvertida en espacio para el arte, el teatro, el deporte, el ocio, el comercio... Hay muchas galerías de arte, escuelas de teatro, alquiler de kayaks y embarcaciones varias, tiendas de todo tipo, artistas callejeros y, sobre todo, un espectacular mercado con comida y productos de todo el mundo. Hemos empezado degustando unas cervezas mientras la abuela ciudaba de las peques en el mercado infantil y después, ya en el mercado, hemos comido albóndigas de la Titi y un arroz indio con ternera picante del puesto indio de enfrente.
Tras un paseo breve por varias tiendas (la de botas de Estambul era para no perdérsela) tocaba chocolatito caliente en Starbucks y vuelta al bus. Aún hemos tenido tiempo de llegar a casa y ver cómo los Canucks, el equipo de hockey de la ciudad, ganaba el primer partido de los play-offs para pasar a la final de la liga. Vaya fin de semana más completito!
VIERNES 13: Desafiando a la tradición (aquí los viernes 13 tienen mal fario) las tres flores se fueron a la montaña de Burnaby. Es un paraje precioso, una colina cubierta de árboles en medio de Vancouver. Desde arriba hay unas vistas fabulosas hacia Indian Arm, el fiordo que nace de la misma ciudad. Arriba hay un parque con totems japoneses donde nuestras chicas se hicieron las fotos de rigor.
Después del monte y el ejercicio tocaba ponerse guapas en la peluquería de nuestra amiga Cristina, una húngara que hemos conocido en las clases de conversación. Allí, además de arreglarse y teñirse Cris y la abuela, las tres se depilaron las cejas con una técnica que ninguna conocía: a mano con un hilo de coser! Increíble pero cierto.
Ya de vuelta en casa, cortamos unas ramas de ruibarbo de nuestro jardín para hacer mermelada. Todos los días desayunamos con ella y está buenísima.
SÁBADO 14: Sabíamos que no tendríamos buen tiempo pero nos aventuramos con Burnaby Village, una especie de museo etnográfico al aire libre con muchas casas y espacios propios de la Canadá de hace 100 años: la botica, el colmado, el teatro, la panadería, la fragua, la iglesia, el colegio, el tiovivo, el tranvía... Además, están celebrando su 40 aniversario y es gratis todo el año. El ayuntamiento de la ciudad les paga para que permanezca abierto y, de paso, más gente lo conoce. Dicen que es un experimento (comercial y sociológico) y que quieren aprender de él.
Después paseamos alrededor de Deer Lake (chulisimo!) y vimos las casas más espectaculares de la ciudad. Finalmente, Pot Luck Party en "The conversation". La abuela se quedó en casa cuidando de las niñas y viendo un clásico del cine español: "La gran familia". Los demás nos fuimos a la fiesta. Allí nos encontramos, como siempre, gente de todos los rincones del mundo: Irán, Méjico, Corea, China, Japón, Hungría, Moldavia... Por haber, hasta de Canadá había. Comimos un poco de todo (vaya éxito las albóndigas de la abuela Titi!) y bebimos mayormente refrescos, especialmente uno de aloe vera. El alcohol no está permitido en "La Conversación" porque no es un bar. Qué pena!
Volvimos a casa en bus y nos encontramos con todo en orden: las niñas habían acostado a la abuela, que roncaba plácidamente (qué bien nos duerme!) y ellas estaban viendo una película. Cómo se portan las tres chiquillas!
DOMINGO 15: Hoy sí que no nos podíamos escapar de la lluvia, así que optamos por un plan muy socorrido: Granville Island. Como ya sabréis, es una zona indurstrial de Vancouver reconvertida en espacio para el arte, el teatro, el deporte, el ocio, el comercio... Hay muchas galerías de arte, escuelas de teatro, alquiler de kayaks y embarcaciones varias, tiendas de todo tipo, artistas callejeros y, sobre todo, un espectacular mercado con comida y productos de todo el mundo. Hemos empezado degustando unas cervezas mientras la abuela ciudaba de las peques en el mercado infantil y después, ya en el mercado, hemos comido albóndigas de la Titi y un arroz indio con ternera picante del puesto indio de enfrente.
Tras un paseo breve por varias tiendas (la de botas de Estambul era para no perdérsela) tocaba chocolatito caliente en Starbucks y vuelta al bus. Aún hemos tenido tiempo de llegar a casa y ver cómo los Canucks, el equipo de hockey de la ciudad, ganaba el primer partido de los play-offs para pasar a la final de la liga. Vaya fin de semana más completito!
Muy graciosa con el gorro, mamá! Tata, no te alicates entera que cuando vuelvas no te van a conocer ni los osos autóctonos! Y como me decía mamá de pequeño cada vez que salía de casa... portaos bien y haced amiguitos. Y tú, Carmen, sigue "epatando" con cualquier excusa. Ana, no me metas en líos a la titi, que es muy capaz de enseñar "riojano" a todo el país, osos incluidos. Besos mil
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