Domingo, 22 de agosto de 2010
Llegó el momento. La familia tronada ha conseguido tener todos los papeles a tiempo para coger su vuelo directo a Vancouver.
Elegimos una línea canadiense, Air Transat, que ofrecía unos precios aceptables para los cuatro y además volaba directamente a Vancouver, algo muy importante cuando llevas dos niñas y 10 bultos.
El núcleo duro de los Biciclistas (familia Echarri-Mateo+ Luisa y Victor) pasaron en Navacerrada el fin de semana y nos llevaron al aeropuerto con nuestra propia furgoneta, único vehículo disponible ya que al mecánico se le estropeó su coche de camino a Navacerrada, por aquello de cumplir los dichos ("En casa de herrero, cuchillo de palo"). Al final, resultó muy útil que ellos se llevasen nuestro coche a Corella, porque se convirtió en su único medio de transporte.
Ana y Carmen, especialmente la terremoto, agradecieron tener a su "tato"Juan para jugar en este último fin de semana.
Los mayores nos despedimos de España con una sesión de "comida saludable" antes de salir para el aeropuerto: chopitos, torreznos, patatas meneadas, boquerones fritos, mollejas... absolutamente light. !Ya lo echamos de menos!
No faltaron los nervios de última hora: niñas perdidas por la urbanización despidiéndose de su pandilla, maletas que no cerraban, pasaportes escondidos, billetes de avión traspapelados... Todo estaba en su sitio, bueno, todo no, las cabezas estaban un poco voladas.
El caso es que fuimos capaces de meter todas las maletas en la "furgo" y bajamos al aeropuerto acompañados también por la "tita Sandra". No podía perderse un momento así, ni ella, ni nosotros.
Ya en el aeropuerto había que montar el número de la cabra: las maletas sobrepasaban el peso permitido (23kg x persona), las de mano medían más de la cuenta... Pero quitando unas cosas de aquí, poniendo otras cosas allá... Un buen truco fue sacar los portátiles y llevarlos en la mano hasta pasar el control, porque no cuentan los ordenadores como equipaje de mano, pero sí pesan las maletas que llevas en cabina y no pueden exceder de 10kg. Así que con un poco de circo conseguimos facturar todo y encaminarnos al control de seguridad.
Allí nos despedimos de la troupe Biciclista y de Sandra. No hubo momentos emotivos... no en ese momento. Nada más pasar el control de seguridad y el control de pasaportes, Ana se puso a llorar desconsoladamente. De repente, de dio cuenta de todo lo que dejaba detrás y no era capaz de contener sus emociones, aunque tampoco tenía porqué. La dejamos llorar un buen rato y la consolamos en una cafetería del shopping free con donuts de chocolate.
Por cierto, en el control de pasaportes fue muy gracioso comprobar como los polícias siguen viviendo en el siglo pasado. No entendían que las niñas tuviesen Gallo como primer apellido. Me preguntaban si no eran hijas de Toño y tuve que explicarles que simplemente tenían mi apellido primero, que es una opción libre y que no es obligatorio llevar el apellido del padre delante.
Anyway, pasamos todos los controles a la perfección con tiempo de sobra para la hora de embarque(17.30h). El problema es que los paneles empezaron a marcar diferentes puertas de embarque y diferentes horarios previstos:45 minutos de retraso, 5o, 1 hora. Al final, embarcamos 2 horas más tarde y el capitán explicó que los controladores aéreos estaban negociando sus contratos y habían retrasado todas las salidas. Vamos, que la huelga encubierta es un hecho.
Las niñas llevaron muy bien el despegue, aunque Carmen enseguida empezó a preguntar si estábamos sobrevolando el mar y no quitaba ojo a la página de emergencia en la que explican todo lo que debes hacer en caso de emergencia. La leyó por delante y por detrás unas cincuenta veces, pero no le quitó el sueño. De hecho fue la única que durmió a pierna suelta, literalmente. Se colocó sobre mi y su hermana, bien estirada y roncó todo lo que quiso. Ana se puso una almohadilla hinchable en el cuello y durmió sentada sin moverse. Toño y yo, cabeceamos y poco más.
Aterrizamos en Vancouver a las diez y media de la noche, hora de Canadá, después de 16 horas de viaje entre unas cosas y otras.
El primer control de pasaportes fue muy bien, nos mandaron recoger las maletas e ir a una oficina de policía en la que nos harían los papeles oficiales de visados. No fue traumático porque la verdad es que con 4 preguntas nos despacharon e hicieron los papeles, mientras que a nuestro lado no paraban de abrir las maletas de varios pasajeros, y ¡no se conformaban con abrirlas! sacaban hasta el último artículo de su interior y lo revisaban minuciosamente, preguntando qué era, dónde lo habían comprado, etc. !Me muero si me desmontan allí los 5 maletones que llevabamos!
El caso es que todo fue como la seda. Cogimos un taxi enorme en el que cabíamos los 4 más las maletas y en poco más de 20 minutos estábamos en la super casa de Norma, nuestra anfitriona para la primera semana.
Pero eso os lo contaremos mañana. Good night.
Llegó el momento. La familia tronada ha conseguido tener todos los papeles a tiempo para coger su vuelo directo a Vancouver.
Elegimos una línea canadiense, Air Transat, que ofrecía unos precios aceptables para los cuatro y además volaba directamente a Vancouver, algo muy importante cuando llevas dos niñas y 10 bultos.
El núcleo duro de los Biciclistas (familia Echarri-Mateo+ Luisa y Victor) pasaron en Navacerrada el fin de semana y nos llevaron al aeropuerto con nuestra propia furgoneta, único vehículo disponible ya que al mecánico se le estropeó su coche de camino a Navacerrada, por aquello de cumplir los dichos ("En casa de herrero, cuchillo de palo"). Al final, resultó muy útil que ellos se llevasen nuestro coche a Corella, porque se convirtió en su único medio de transporte.
Ana y Carmen, especialmente la terremoto, agradecieron tener a su "tato"Juan para jugar en este último fin de semana.
Los mayores nos despedimos de España con una sesión de "comida saludable" antes de salir para el aeropuerto: chopitos, torreznos, patatas meneadas, boquerones fritos, mollejas... absolutamente light. !Ya lo echamos de menos!
No faltaron los nervios de última hora: niñas perdidas por la urbanización despidiéndose de su pandilla, maletas que no cerraban, pasaportes escondidos, billetes de avión traspapelados... Todo estaba en su sitio, bueno, todo no, las cabezas estaban un poco voladas.
El caso es que fuimos capaces de meter todas las maletas en la "furgo" y bajamos al aeropuerto acompañados también por la "tita Sandra". No podía perderse un momento así, ni ella, ni nosotros.
Ya en el aeropuerto había que montar el número de la cabra: las maletas sobrepasaban el peso permitido (23kg x persona), las de mano medían más de la cuenta... Pero quitando unas cosas de aquí, poniendo otras cosas allá... Un buen truco fue sacar los portátiles y llevarlos en la mano hasta pasar el control, porque no cuentan los ordenadores como equipaje de mano, pero sí pesan las maletas que llevas en cabina y no pueden exceder de 10kg. Así que con un poco de circo conseguimos facturar todo y encaminarnos al control de seguridad.
Allí nos despedimos de la troupe Biciclista y de Sandra. No hubo momentos emotivos... no en ese momento. Nada más pasar el control de seguridad y el control de pasaportes, Ana se puso a llorar desconsoladamente. De repente, de dio cuenta de todo lo que dejaba detrás y no era capaz de contener sus emociones, aunque tampoco tenía porqué. La dejamos llorar un buen rato y la consolamos en una cafetería del shopping free con donuts de chocolate.
Por cierto, en el control de pasaportes fue muy gracioso comprobar como los polícias siguen viviendo en el siglo pasado. No entendían que las niñas tuviesen Gallo como primer apellido. Me preguntaban si no eran hijas de Toño y tuve que explicarles que simplemente tenían mi apellido primero, que es una opción libre y que no es obligatorio llevar el apellido del padre delante.
Anyway, pasamos todos los controles a la perfección con tiempo de sobra para la hora de embarque(17.30h). El problema es que los paneles empezaron a marcar diferentes puertas de embarque y diferentes horarios previstos:45 minutos de retraso, 5o, 1 hora. Al final, embarcamos 2 horas más tarde y el capitán explicó que los controladores aéreos estaban negociando sus contratos y habían retrasado todas las salidas. Vamos, que la huelga encubierta es un hecho.
Las niñas llevaron muy bien el despegue, aunque Carmen enseguida empezó a preguntar si estábamos sobrevolando el mar y no quitaba ojo a la página de emergencia en la que explican todo lo que debes hacer en caso de emergencia. La leyó por delante y por detrás unas cincuenta veces, pero no le quitó el sueño. De hecho fue la única que durmió a pierna suelta, literalmente. Se colocó sobre mi y su hermana, bien estirada y roncó todo lo que quiso. Ana se puso una almohadilla hinchable en el cuello y durmió sentada sin moverse. Toño y yo, cabeceamos y poco más.
Aterrizamos en Vancouver a las diez y media de la noche, hora de Canadá, después de 16 horas de viaje entre unas cosas y otras.
El primer control de pasaportes fue muy bien, nos mandaron recoger las maletas e ir a una oficina de policía en la que nos harían los papeles oficiales de visados. No fue traumático porque la verdad es que con 4 preguntas nos despacharon e hicieron los papeles, mientras que a nuestro lado no paraban de abrir las maletas de varios pasajeros, y ¡no se conformaban con abrirlas! sacaban hasta el último artículo de su interior y lo revisaban minuciosamente, preguntando qué era, dónde lo habían comprado, etc. !Me muero si me desmontan allí los 5 maletones que llevabamos!
El caso es que todo fue como la seda. Cogimos un taxi enorme en el que cabíamos los 4 más las maletas y en poco más de 20 minutos estábamos en la super casa de Norma, nuestra anfitriona para la primera semana.
Pero eso os lo contaremos mañana. Good night.
Parece que la aventura empieza bien. Good luck.
ResponderEliminarAna, nosotros también te hechamos de menos. Bs
Nos alegramos de que todo vaya bien por allí, aquí llevamos una semanica de mucho calor, temperatura máxima 42º.
ResponderEliminarEl presi ya tiene el coche en su poder, ayer jueves, se lo entregaron.
Ya hemos visto las fotos y no habeís perdido el tiempo en buscar bicis y pasear.
Debe ser precioso aquella zona, disfrutar.
Saludos de esta familia, que se acuerda mucho de vosotros.
Joe... ni las aventuras de Tom y Jerry chicos!!! nos alegramos un monton!!! ya nos ireis contando familia. bs
ResponderEliminarMenuda odisea!!!! Lo siento por el disgusto de Ana, pero seguro que enseguida se hará con todo el entorno nuevo y se lo pasará fenomenal. No sotros ya os echamos de menos. Muchos besos de la tata Laura y tenednos informadossssssssssss
ResponderEliminarBesoooosssss
Directamente desde Sanabria, a las 19 Zulu, en la ofi de Andrés, con su asistente Pancho y su secretaria personal Sandra Bullock, os comunicamos que Andrés lo siente mucho no haber estado en la despedida. Sufrió un agudo ataque del presidente de la comunidad que le dejó KO durante unos días. Por aquí os echan un montón de menos! Os desean toda la suerte del mundo y que disfrutéis de la maravillosa experiencia que estáis viviendo. Aprender mucho inglés para enseñar a la gente por aquí, y hacer muchas fotos! Muitos beijos de vuestro socorrista. Disfrutad, disfrutad, disfrutad, que vida solo hay una.
ResponderEliminar¡Pero como se te puede olvidar la cebollaaaaa..... No me extraña que te quieran retirar el saludo, ahora que con lo que cuesta todo mejor no protestar mucho. Menudo robo¡¡¡
ResponderEliminarTendrás que buscarte algún proveedor distinto sino pocos inventos culinarios vais a poder hacer.Por aqui todos muy bien disfrutando de la sierra y de todas las rutas que tenemos alrededor. Por cierto, que parques más alucinantes las niñas tienen que estar encantadas.
Un beso muy fuerte para todos, seguiremos hablando.
Bye
Por cierto Cris, enviame tu correo electrónico para poder comentarte una cosa.....
ResponderEliminar