No llevamos ni una semana aquí y ya hemos ido a uno de los lugares imprescindibles en Vancouver, Grouse Mountain. Y eso que el viernes nos quedamos vagabundeando por Burnaby. La mañana nos despertó con lluvia y no apetecía mucho hacer planes, pero a eso de la una salió el sol y nos fuimos a descubrir nuevos parques. ¡Hay uno en cada esquina!
El día de descanso nos animó a planificar una excursión a la montaña más famosa de Vancouver. Teníamos que utilizar 5 formas de transporte diferente: SkyTrain, Seabus, Autobus, Teleférico y por supuesto de San Fernando, un ratito a pie y otro andando. Lo mejor de todo es que con un sólo ticket te puedes montar en todos los transportes si los enlazas a tiempo, excepto el teleférico que ya corresponde al resort.
El caso es que sin salir de la estación del SkyTrain en Waterfront, accedías al Seabus y nada más bajarte del barco, estaba la parada de autobuses (bus 236). Media hora de tren, 10 minutos de barco y otra media hora de bus para subir hasta la falda de la montaña.
Os podéis imaginar que la aventura del barco fue estupenda para las chicas, especialmente para la de siempre.
Al llegar fuimos directos a comprar los tickets y casi nos damos la vuelta cuando vimos los precios. 55$ cada uno y 25$ cada niña. Menos mal que había un poco de cola y nos dio tiempo a leer todos los carteles varias veces, porque así descubrimos que había una opción para familias: ¡anual!
Pues ahí que nos fuimos a la oficina a sacar nuestro pase de temporada. Costaba poco más que lo que nos iba a costar la entrada de un día y nos vale para todo el año. Podemos subir todas las veces que queramos, acceso libre a los espectáculos y actividades de invierno y verano, nos dan un alquiler gratuito de esquíes, botas, tabla y patines de hielo. Y todos los que os animéis a visitarnos podréis venir con nosotros pagando la mitad. ¡Un chollo!
El viaje en el teleférico: awesome! Pena que no hubo manera de hacer fotos por culpa de los cristales.Nada más llegar a la cima, tuvimos el tino de arrivar a la hora en la que empezaba el show de los "lumberjack", los tradicionales leñadores de la zona. No creáis que era una recreación histórica y aburrida. Un show en toda regla, con unos magníficos actores-leñadores-payaso que hicieron las delicias de todos, aunque debo decir que en el primer número estábamos todos un poco asustados... ya lo veréis en el vídeo.
Inmediatamente después había una exhición de pájaros, pero Ana y Carmen concluyeron que era mejor la de Senda Viva, así que lo dejamos a medias y nos pusimos a caminar montaña arriba hacía un aerogenerador que tiene en lo alto un mirador para admirar todo Vancouver. Eso sí, pagando 22$ cada uno. Como las vistas eran igual de buenas desde el pie del molino, rechazamos la oferta de pasar por caja y así fue como coincidimos con una pareja de Estella. Era su sexta semana en Vancouver y ya regresaban a España. Su hija llevaba todo agosto en un curso de inglés, así que se lanzó como loca sobre las niñas para poder hablar español a gusto.
En la cima también había la opción de realizar un salto en parapente o lanzarse por una super tirolina. Carmen pidió hacer las dos cosas, Ana el parapente y nos costó hacerles entender que no tienen ni estatura ni edad para hacer ciertas cosas y que ni siquiera estaba permitido para sus años.
Al bajar vimos a uno de los dos osos Grizzlies que viven en semicautividad, como nuestras Paca y Tola de Asturias, pero unas dos veces más grandes. Sin casi habernos alejado de la zona de los osos, se nos cruzó por delante un ciervo que todavía no se de dónde pudo salir y se paseó con tranquilidad por los pastos cercanos. Aquí conviven totalmente con los humanos y las ardillas hasta posan, porque se paran a comer cada vez que ven una cámara, ¡real!
El día fue perfecto y encima al llegar a casa, Norma nos había preparado la cena. ¿Qué más se puede pedir? Es una mujer increíble y pronto os contaré su historia.
Mañana más. Ciao
El día de descanso nos animó a planificar una excursión a la montaña más famosa de Vancouver. Teníamos que utilizar 5 formas de transporte diferente: SkyTrain, Seabus, Autobus, Teleférico y por supuesto de San Fernando, un ratito a pie y otro andando. Lo mejor de todo es que con un sólo ticket te puedes montar en todos los transportes si los enlazas a tiempo, excepto el teleférico que ya corresponde al resort.
El caso es que sin salir de la estación del SkyTrain en Waterfront, accedías al Seabus y nada más bajarte del barco, estaba la parada de autobuses (bus 236). Media hora de tren, 10 minutos de barco y otra media hora de bus para subir hasta la falda de la montaña.
Os podéis imaginar que la aventura del barco fue estupenda para las chicas, especialmente para la de siempre.
Al llegar fuimos directos a comprar los tickets y casi nos damos la vuelta cuando vimos los precios. 55$ cada uno y 25$ cada niña. Menos mal que había un poco de cola y nos dio tiempo a leer todos los carteles varias veces, porque así descubrimos que había una opción para familias: ¡anual!
Pues ahí que nos fuimos a la oficina a sacar nuestro pase de temporada. Costaba poco más que lo que nos iba a costar la entrada de un día y nos vale para todo el año. Podemos subir todas las veces que queramos, acceso libre a los espectáculos y actividades de invierno y verano, nos dan un alquiler gratuito de esquíes, botas, tabla y patines de hielo. Y todos los que os animéis a visitarnos podréis venir con nosotros pagando la mitad. ¡Un chollo!
El viaje en el teleférico: awesome! Pena que no hubo manera de hacer fotos por culpa de los cristales.Nada más llegar a la cima, tuvimos el tino de arrivar a la hora en la que empezaba el show de los "lumberjack", los tradicionales leñadores de la zona. No creáis que era una recreación histórica y aburrida. Un show en toda regla, con unos magníficos actores-leñadores-payaso que hicieron las delicias de todos, aunque debo decir que en el primer número estábamos todos un poco asustados... ya lo veréis en el vídeo.
Inmediatamente después había una exhición de pájaros, pero Ana y Carmen concluyeron que era mejor la de Senda Viva, así que lo dejamos a medias y nos pusimos a caminar montaña arriba hacía un aerogenerador que tiene en lo alto un mirador para admirar todo Vancouver. Eso sí, pagando 22$ cada uno. Como las vistas eran igual de buenas desde el pie del molino, rechazamos la oferta de pasar por caja y así fue como coincidimos con una pareja de Estella. Era su sexta semana en Vancouver y ya regresaban a España. Su hija llevaba todo agosto en un curso de inglés, así que se lanzó como loca sobre las niñas para poder hablar español a gusto.
En la cima también había la opción de realizar un salto en parapente o lanzarse por una super tirolina. Carmen pidió hacer las dos cosas, Ana el parapente y nos costó hacerles entender que no tienen ni estatura ni edad para hacer ciertas cosas y que ni siquiera estaba permitido para sus años.
Al bajar vimos a uno de los dos osos Grizzlies que viven en semicautividad, como nuestras Paca y Tola de Asturias, pero unas dos veces más grandes. Sin casi habernos alejado de la zona de los osos, se nos cruzó por delante un ciervo que todavía no se de dónde pudo salir y se paseó con tranquilidad por los pastos cercanos. Aquí conviven totalmente con los humanos y las ardillas hasta posan, porque se paran a comer cada vez que ven una cámara, ¡real!
El día fue perfecto y encima al llegar a casa, Norma nos había preparado la cena. ¿Qué más se puede pedir? Es una mujer increíble y pronto os contaré su historia.
Mañana más. Ciao
Bueno, bueno, lo del pase de temporada espectacular! Menos mal porque menudos precios. Ya sabéis quien se va a lanzar como loca a esquiar, aunque lo suyo es ir a Whistler no? Ya me contaréis.
ResponderEliminarVeo que no perdéis comba. Miedo me da que no váis a querer volver :)
La tita. Muak
Bueeeeeeeeeeeno, si hay que mandaros pimentón de la vera vía postal, se hace, ¿cuántos kilos queréis?. Os veo contentos y muuuuy atareados. Es una buena terapia ver las andanzas de otros mientras te reincorporas al curro tras unos días de laurisilva en gomera-la palma. Seguimos en contacto!
ResponderEliminarNieves & company