Hola mundo! Hoy, miércoles, nos hemos tomado un día tranquilo porque los cuerpos andan descolocados por el jet-lag. De paso, hemos podido conocer a Norma, nuestra "casera", y Burnaby, el barrio de Vancouver (otra ciudad, de hecho) donde vivimos.
Norma es, cómo decirlo, una mujer "terremoto" que nació y creció en Escocia pero que ha vivido en Chicago, nueve años en Japón y en mil sitios más. Además, cada año le toca viajar porque es juez de karate y le toca arbitrar en campeonatos por todo el mundo. O sea, una mujer hecha a sí misma y con muuuuuuuuucho mundo. Sólo ver su casa, con souvenirs de mil países, es todo un espectáculo. Imaginaos cómo estamos: "Ana, no toques los muñecos japoneses", "Carmen, vas a tirar el zumo encima de la alfombra china de seda"...
Además, Norma defiende a la mujer en el deporte, de hecho preside la comisión "Mujer y Deporte" dentro de la Federación de Karate. Cristina hace palmas con las orejas. Se han juntado el hambre con las ganas de comer...
Este miércoles, después de vaguear por casa (ya tocaba) hemos comido y Norma nos ha llevado en su descapotable a conocer Burnaby: Simon Fraser University, Burnaby Mountain (las vistas desde arriba son impresionantes) y Burnaby Lake. Es un gustazo que te lleven de la mano para descubrir una ciudad desconocida.
Después, hemos entrado en una tiendecilla cercana (la única en 800 metros a la redonda) a echar un vistazo y comprar los ingredientes para hacer una tortilla. Casi nos da un pampurcio al ver los precios: una cebolla costaba 1'50 dólares (1'2 euros), una patata mediana 1'25, y así sucesivamente. Visto lo visto, me he acercado al SafeWay (un súper enorme a casi 1 km de distancia) mientras las niñas se divertían en un macro-parque cercano y he comprado todo lo que necesitaba. Los precios son el doble que en cualquier tienda española, esperemos encontrar un super para cargar lo básico porque parece que comer se ha convertido en una costumbre carísima para el bolsillo español. Lo único que tenemos a favor es que un euro vale 1'32 centavos de dólar.
Por la noche fui a hacer la tortilla y descubrí que no había comprado cebolla (manda huevos, pero de ésos sí había comprado). La hice con cebolla seca (ejem, ni parecida) y casi que me retiran el saludo las cuatro comensales. Norma se mostró educada pero se dedicó más al vino, supongo que para olvidar la tortilla que acababa de perpetrar.
Nos quedamos de tertulia hasta casi las 12:00, algo inédito para las costumbres canadienses. Es un gustazo charlar con Norma, es muy amable y divertida.
Norma es, cómo decirlo, una mujer "terremoto" que nació y creció en Escocia pero que ha vivido en Chicago, nueve años en Japón y en mil sitios más. Además, cada año le toca viajar porque es juez de karate y le toca arbitrar en campeonatos por todo el mundo. O sea, una mujer hecha a sí misma y con muuuuuuuuucho mundo. Sólo ver su casa, con souvenirs de mil países, es todo un espectáculo. Imaginaos cómo estamos: "Ana, no toques los muñecos japoneses", "Carmen, vas a tirar el zumo encima de la alfombra china de seda"...
Además, Norma defiende a la mujer en el deporte, de hecho preside la comisión "Mujer y Deporte" dentro de la Federación de Karate. Cristina hace palmas con las orejas. Se han juntado el hambre con las ganas de comer...
Este miércoles, después de vaguear por casa (ya tocaba) hemos comido y Norma nos ha llevado en su descapotable a conocer Burnaby: Simon Fraser University, Burnaby Mountain (las vistas desde arriba son impresionantes) y Burnaby Lake. Es un gustazo que te lleven de la mano para descubrir una ciudad desconocida.
Después, hemos entrado en una tiendecilla cercana (la única en 800 metros a la redonda) a echar un vistazo y comprar los ingredientes para hacer una tortilla. Casi nos da un pampurcio al ver los precios: una cebolla costaba 1'50 dólares (1'2 euros), una patata mediana 1'25, y así sucesivamente. Visto lo visto, me he acercado al SafeWay (un súper enorme a casi 1 km de distancia) mientras las niñas se divertían en un macro-parque cercano y he comprado todo lo que necesitaba. Los precios son el doble que en cualquier tienda española, esperemos encontrar un super para cargar lo básico porque parece que comer se ha convertido en una costumbre carísima para el bolsillo español. Lo único que tenemos a favor es que un euro vale 1'32 centavos de dólar.
Por la noche fui a hacer la tortilla y descubrí que no había comprado cebolla (manda huevos, pero de ésos sí había comprado). La hice con cebolla seca (ejem, ni parecida) y casi que me retiran el saludo las cuatro comensales. Norma se mostró educada pero se dedicó más al vino, supongo que para olvidar la tortilla que acababa de perpetrar.
Nos quedamos de tertulia hasta casi las 12:00, algo inédito para las costumbres canadienses. Es un gustazo charlar con Norma, es muy amable y divertida.
See you tomorrow!
Hola chicos!!:
ResponderEliminarVeo que de momento todo está yendo genial!!... Me alegro muchísimo!!...
La verdad es que he estado leyendo y ya estoy impaciente por la siguiente entrega!!... Cuántas novedades!!... Tenéis todo por descubrir!!... No sabéis la envidia que me dais!!...
Disfrutadlo muchísimo y no os guardéis detalle ;-)!!...
Besotes enoooormes para todos de Luca, Ivan, Amaia y también os mandan uno gordo, gordo desde mi tripita ;-)!!!...
Muuaacckkss!!...
:-)
Qué suerte lo de Norma! y luego dicen que ser bueno no compensa. En cuanto a la cebolla, te lo dije, esa chica no es buena, a mi eso no me pasa, 40 duros por una cebolla. Muy divertido todo, niñas, ¡cuidad a mamá!. Muchos besos, family.
ResponderEliminar¿Mi Cris haciendo una tortilla con cebolla deshidratadaaaaaa...?. Pues casi mejor, sin ella, ¿no?.
ResponderEliminarYa veo que todo va bien. Espero que siga así, y tú, querida Gallo, búscate algún ratillo para descansar un poco.
Besazos.