martes, 28 de diciembre de 2010

A Canadian Christmas

No hemos podido tener una Navidad más canadiense.

Comenzamos la Nochebuena recibiendo en casa a Liesa, ¡para desayunar! Sí, aquí todo empieza antes. Preparamos uno de nuestros desayunos: tortitas, bacon, crackers, sirope de arce, mermelada, nutella (que no falte), brownies, baklava (pastelitos árabes)... Vamos, ¡de todo! y nada ligero. El caso es que Liesa, como tiene coche, se había acercado al North Pole de Belcarra, donde Santa tiene instalado su workshop en estas fechas, y se presentó en casa con los regalos que le había dado Santa para Ana y Carmen. Así que a las 11 de la mañana, las niñas ya tenian unos cuantos paquetes que abrir y nuevo juguetes que explorar. La tita y yo, nos fuimos con las bicis al centro para comprar ¡el vino!, dónde se ha visto una cena de Nochebuena sin vino, aunque el blanco era para cocinar. Sin darnos cuenta, se nos había echado encima la hora de preparar la cena, aunque esta sí que iba a tener un menú más español, pero con ingredientes canadienses, así que la receta se improvisaba sobre la marcha, pero tuvimos nuestras gambas al ajillo, almejas a la marinera y pollo en pepitoria. ¡Olé! Y de postre, enormes cupcakes decoradas con motivos navideños, muy americano y muy poco saludable. El caso es que el subidón de azucar era lo que le faltaba a las niñas antes de abrir los regalos. Las pobres se levantaron de la mesa y empezaron a poner morritos para que les dejásemos sacar los paquetes de debajo del árbol. Libros, juegos de mesa, libros, ropita, juegos de mesa, libros... y juguetes, también juguetes. Lo mejor, la reacción de Carmen al ver su guitarra para jugar a ¡Guitar Hero!, aunque me temo que va a tener que practicar mucho porque no hay quien acierte una nota! No sin mucho esfuerzo, conseguimos meterlas en la cama, porque al día siguiente había que ir a West Vancouver.

Tillat, Farooq y toda la familia Khalid y amigos, nos esperaban en su casa al otro lado del golfo que separa downtown Vancouver de las montañas. Su hijo, Arif, había cocinado el típico pavo navideño y mil deliciosos platos más para acompañarlo. Ya sólo el viaje es una nueva aventura: bus, Skytrain, SeaBus... y el coche de Farooq para llevarnos a la misma falda de la montaña con unas espectaculares vistas de todo Vancouver. Y justo, en ese preciso momento en el que Farooq nos recogía con el coche, a Carmen no se le ocurre otra cosa que ¡perder su primer diente! A quién se le ocurre perder un diente el día que hay un pavo gigante para cenar. A Pamen, la única, inconfundible e inimitable. No os podéis imaginar lo emocionada que se puso, ni que le hubiera tocado la lotería. No hacía más que enseñarnos el diente, el hueco, tocarse, y decir lo nerviosa que estaba porque esa noche vendría la Tooth Fairy (aquí no hay Ratoncito Pérez) y le traería un regalo. ¿Después de Santa Claus y de su super Guitar Hero? Pues sí, toda su preocupación era saber qué habría en su almohada la mañana siguiente y cuándo le saldría el diente nuevo.

De principio a fin, era una nueva experiencia para celebrar Navidad. La familia Khalid sabe cómo hacerte sentir en tu propia casa, de hecho, tras los saludos de rigor, nos sentamos en el suelo del salón a jugar al Scrabble!
Pronto empezaron a llegar más invitados, todos amigos de sus hijos y tres chicas brasileñas que están estudiando inglés en la academia de Tillat.
Enseguida el pavo estuvo en su punto y sobre la mesa, una impecable y elegante mesa, que se llenó de distintas delicias cocinadas por Arif, Tillat y Farooq: Ensalada de Brocoli, coliflor con bechamel, lasaña vegetariana (había mucho vegetariano en la cena), salsa de champiñones, salsa de carne, salsa de verduras, salsa de arándanos, feixuada, mil panes distintos... Ni El Bulli podría servirnos una cena mejor. Carmen, se centró en el pavo, tanto que no comió otra cosa y felicitó personalmente al cocinero, algo que llenó de orgullo al artista porque el halago de una niña es el más sincero de los cumplidos. Después vinieron los crackers, unos artefactos de cartón envueltos con papel de regalo, del que dos comensales tiran desde un extremo para obtener la sorpresa que contiene en su interior. Al romperse se produce una pequeña explosión porque tienen dentro un restallón y las niñas buscaban en todas las crackers que no habían explotado para poder hacer saltar a mano el restallón.
Mientras llegaban los postres, Farooq trajo una bola gigantesca al salón y las niñas se fueron al centro a jugar con la bola y las tres chicas brasileñas. La música ayudó a que la fiesta fuese in crescendo y las niñas acabaron bailando sobre la bola mientras hacían equilibrios, ¡amazing! Echad un vistazo al vídeo, aunque en directo fue mucho, pero mucho mejor. (Algún día nos compraremos una cámara decente, porque esta es un desastre, pero va a ser en otra vida porque de momento no nos da para otra, jjjejjej)
No sabemos si decir que han sido las mejores navidades, pero desde luego que las que más vamos a recordar y las más locas y diferentes que jamás hayamos celebrado, SÍIIIIIIIIIIÍÍ!!!
¡Merry, merry, merry Christmas!


Christmas Eve and Day

1 comentario:

  1. cuidadin, cuidadin que luego engordais y no sirve la ropa. ¿Sabe alguién cuando empieza el nuevo concurso de MIRA QUIEN BAILA? Porqué aquí se ven a dos futuras ganadoras. jejejeje
    FELIZ AÑO 2011 a tod@s PEÑA y GALLOS que están ahí, incluido el que llega en unas horas. Muchos besitos.

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