domingo, 3 de julio de 2011

GROUSE GRIND: ESCALERA AL CIELO

SABADO, 2 DE JULIO: Ayer pasamos un día tranquilo por nuestro barrio. Llevábamos dos días muy intensos entre la mudanza y las salidas nocturnas y necesitábamos un descanso. Lo más que hicimos fue ir a la biblioteca de Cameron, al centro comercial y a la piscina por la tarde. Cenamos con Norma porque Emma andaba por ahí de picos pardos. Ana y Carmen preguntaron por ella millones de veces: Y dónde está? Y dónde ha dormido? Y viene a desayunar? Criaturicas...

DOMINGO 3 DE JULIO: Era nuestro último día en Vancouver y queríamos aprovecharlo. Las peques eligieron ir a Grouse Mountain. Creo que era la octava vez que subíamos, pero con poca nieve y mucho sol nos parecía una novedad. Norma se empeñó en llevarnos en coche, con lo que gozamos nosotros con el SkyTrain y el SeaBus! Una vez en la base de la montaña, yo les dije a las flores que quería subir andando el Grouse Grind, un sendero mítico que asciende hasta el mirador y estación de esquí de Grouse Mountain. Son 853 metros de desnivel en menos de 3 kilómetros. Pues va Carmen y me dice: "Papá, yo quiero subir contigo". De entrada Cris y yo nos miramos pensando que iba de farol, pero enseguida comprendimos que lo decía muy en serio y que no quedaba otra opción que dejarla. Y allí que fuimos los dos...

La subida a grouse Mountain es una de esas rutas míticas que hay por el mundo. La mayor parte del año está cubierta por la nieve (hasta hace 15 días no se ha podido subir) pero en verano es el sendero favorito de los habitantes de esta preciosa ciudad y de muchos de sus turistas. Hoy medio mundo subía, en lenta procesión, hasta la cima. Yo me lo tomé con calma desde el principio temiéndome que terminaría cargando con Carmen. Pero la peque se comprometió desde el principio: "Papá, te prometo que voy a llegar sola hasta arriba y que no me voy a quejar ni una vez". Y así fue: ni pidió ayuda ni se quejó. Carmen es la bomba, como se le meta algo entre ceja y ceja estamos perdidos.

Una vez en Grouse Mountain repasamos todos sus atractivos: el show de las aves (buhos, águilas, halcones), el de los leñadores (muy divertido y emocionante) y el de los dos osos, Coola y Grinder. Los habíamos visto ya pero siempre nos sorprende y divierten. Y, todo hay que decirlo, bajo el sol parecen otra cosa...

Volvimos a Downtown, esta vez en bus y SeaBus, y pasamos por Gastown para despedirnos de nuestro querido Steamclock, el reloj de vapor. Ay, lo que lo vamos a echar de menos!

Ya de vuelta a casa, teníamos cena don Graeme y Terry, los vecinos de Norma. También llegó Emma, que fue recibida con vítores por parte de las peques. Cris hizo un daal (un puré de lentejas con muchas especias y cilantro fresco) y Norma un curry muy rico y picoteo vario. Estuvimos charlando, bailamos, vimos vídeos en YouTube... La última velada fue muy completita.

1 comentario:

  1. Esta Pamen... se le va a poner el culo más duro que la cabeza! Ya estáis de camino, no?

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