miércoles, 30 de marzo de 2011
ADIVINA, ADIVINANZA
Anda, Sandra, ayuda a nuestros sufridos/as familiares/as porque no se aclaran con la ciudad que hemos visitado. La última pista:
viernes, 25 de marzo de 2011
¿Dónde estoy?
jueves, 24 de marzo de 2011
YA TENEMOS UN MASTER EN TRANSPORTE PUBLICO!!!
Ay, que estamos henchidos de gozo: nos han dado un master en transporte público por la Universidad de Seattle!!! Que cómo ha sido eso? Por haber sobrevivido al último atracón de intermodalidad (la combinacion de medios de transporte, vaya). Lo contamos poco a poco.
Todo ocurrió el pasado lunes, 21 de marzo. Nos levantamos a las 6:30 (qué pereza!) y a las 8:10 ya estábamos subidos en nuestro querido bus 159. Media hora después cogíamos el SkyTrain rumbo a Downtown, donde cambiamos a la otra línea del SkyTrain rumbo al aeropuerto. A ver, los que vais a venir a visitarnos en abril y mayo (van a ser dos meses moviditos) ya podéis coger apuntes porque no me gusta repetir mil veces las cosas, QUEDA CLARO??? En Bridgeport (una parada del SkyTrain) nos bajamos para coger el segundo bus de la mañana en dirección a Tsawwassen, el pequeño puerto de donde se toman los ferries. Bueno, punto y aparte porque me estoy cansando con tanto viaje.
Sin tiempo que perder, del bus enlazamos directamente con el ferry de las 11:00 a Victoria (Isla de Vancouver). Las peques estaban emocionadas. El recorrido del ferry es impresionante entre islas preciosas, cabañas de madera (papá, cómo hacen la compra y van al cole en esa isla??) y mil rincones espectaculares. El día no acompañaba pero, por lo menos, pudimos disfrutar las vistas.
A las 13:10 cogimos el bus (y van tres) de Swarz Bay a Victoria, adonde llegamos casi a las 14:00, 6 horas después de salir de casa. En Victoria echamos cuatro fotos, dejamos las maletas en el lobby del Fairmont Empress (un superhotel victoriano de mucha categoría) y nos dimos una vuelta por su interior: qué salones, qué vistas, qué atención al cliente, QUÉ PRECIOS! Buscamos una cafetería más proletaria y nos tomamos todos algo calentito para coger fuerzas de cara a la segunda parte del viaje.
A las 17:00 cogimos el segundo ferry para ir de Victoria a Seattle. Las vistas eran chulas pero ya no íbamos entre islas y el día seguía sin acompañar. Tuvimos, eso sí, la suerte de que nos tocaron unos abueletes de compañeros de mesa (sí, teníamos mesita y todo) que nos tuvieron entretenidos entre historias, juegos de cartas, trucos de magia de Carmen... Antes de las 8 ya estábamos en Seattle. Pasamos el control de aduanas sin casi preguntas (y eso que llevábamos mil documentos por si acaso) y recorrimos Seattle a deshoras. Pasamos por el Pike Market de noche (queda pendiente para la próxima visita) y tomamos el tren, Y VAN TRES!!!, hasta nuestro hotel. A las 22:00 llegamos a nuestra habitación y, como imaginareis, besamos la cama.
Y éste es el relato de nuestro recorrido Port Coquitlam-Vancouver-Victoria-Seattle tres buses, otros tantos trenes y dos ferries después. Conseguimos doctorarnos en transporte público con nota. Por cierto, hay un tren que en dos horas y media va de Vancouver a Seattle por 30 dólares ida y vuelta, pero con nuestra visa sólo podíamos entrar, supuestamente, por agua o por aire. En aduanas nos dijeron que sí podemos entrar en los Estados Unidos en tren, pero en la página de internet de la embajada dejaban muy clarito que no. MECACHIS!!! Bueno, que ya conocemos los ferries, los buses, las islas del canal, a dos abuelillos mú graciosos, a... El que no se consuela es porque no quiere!
Todo ocurrió el pasado lunes, 21 de marzo. Nos levantamos a las 6:30 (qué pereza!) y a las 8:10 ya estábamos subidos en nuestro querido bus 159. Media hora después cogíamos el SkyTrain rumbo a Downtown, donde cambiamos a la otra línea del SkyTrain rumbo al aeropuerto. A ver, los que vais a venir a visitarnos en abril y mayo (van a ser dos meses moviditos) ya podéis coger apuntes porque no me gusta repetir mil veces las cosas, QUEDA CLARO??? En Bridgeport (una parada del SkyTrain) nos bajamos para coger el segundo bus de la mañana en dirección a Tsawwassen, el pequeño puerto de donde se toman los ferries. Bueno, punto y aparte porque me estoy cansando con tanto viaje.
Sin tiempo que perder, del bus enlazamos directamente con el ferry de las 11:00 a Victoria (Isla de Vancouver). Las peques estaban emocionadas. El recorrido del ferry es impresionante entre islas preciosas, cabañas de madera (papá, cómo hacen la compra y van al cole en esa isla??) y mil rincones espectaculares. El día no acompañaba pero, por lo menos, pudimos disfrutar las vistas.
A las 13:10 cogimos el bus (y van tres) de Swarz Bay a Victoria, adonde llegamos casi a las 14:00, 6 horas después de salir de casa. En Victoria echamos cuatro fotos, dejamos las maletas en el lobby del Fairmont Empress (un superhotel victoriano de mucha categoría) y nos dimos una vuelta por su interior: qué salones, qué vistas, qué atención al cliente, QUÉ PRECIOS! Buscamos una cafetería más proletaria y nos tomamos todos algo calentito para coger fuerzas de cara a la segunda parte del viaje.
A las 17:00 cogimos el segundo ferry para ir de Victoria a Seattle. Las vistas eran chulas pero ya no íbamos entre islas y el día seguía sin acompañar. Tuvimos, eso sí, la suerte de que nos tocaron unos abueletes de compañeros de mesa (sí, teníamos mesita y todo) que nos tuvieron entretenidos entre historias, juegos de cartas, trucos de magia de Carmen... Antes de las 8 ya estábamos en Seattle. Pasamos el control de aduanas sin casi preguntas (y eso que llevábamos mil documentos por si acaso) y recorrimos Seattle a deshoras. Pasamos por el Pike Market de noche (queda pendiente para la próxima visita) y tomamos el tren, Y VAN TRES!!!, hasta nuestro hotel. A las 22:00 llegamos a nuestra habitación y, como imaginareis, besamos la cama.
Y éste es el relato de nuestro recorrido Port Coquitlam-Vancouver-Victoria-Seattle tres buses, otros tantos trenes y dos ferries después. Conseguimos doctorarnos en transporte público con nota. Por cierto, hay un tren que en dos horas y media va de Vancouver a Seattle por 30 dólares ida y vuelta, pero con nuestra visa sólo podíamos entrar, supuestamente, por agua o por aire. En aduanas nos dijeron que sí podemos entrar en los Estados Unidos en tren, pero en la página de internet de la embajada dejaban muy clarito que no. MECACHIS!!! Bueno, que ya conocemos los ferries, los buses, las islas del canal, a dos abuelillos mú graciosos, a... El que no se consuela es porque no quiere!
martes, 22 de marzo de 2011
FABADA A TUTIPLEN!!!
Hola mundo! Después del regalo inesperado de nuestras amigas Marta y Ana (un paquete con productos asturianos) no nos quedaba otro -sabroso- remedio que preparar una fabada el domingo 13 para todos nuestros amigos canadienses. Primero engañamos a nuestra sufrida casera, Santa Liesa, y a su novio Dave. Luego convencimos a Lolita e Isabel, dos barcelonesas que se apuntan a un bombardeo. Por último, repescamos a ultimísima hora a Norma, nuestra antigua casera, y le faltó tiempo para venir. Asturias tiene un tirón...
Los invitados fueron llegando y empezamos a picotear quesos asturianos regados con Rioja (eso sí que es maridaje, y lo demás tonterías). Lolita se retrasaba (se le habría olvidado?) y la llamé varias veces por si acaso, pero nada. Casi una hora, varias tapas de queso y una botella de vino más tarde llegó toda atribulada: Ay, que se me ha olvidado cambiar la hora!!! Nos reímos todos al unísono y la disculpamos de inmediato porque... venía armada con uno de sus impresionantes brazos de gitano. Como para reñirle!!!
El menú fue muy de andar por casa: ensalada, tortilla de patata, cebollitas escabechadas y la consabida fabada. Todos probaron de todo menos Liesa la morcilla (eso es sangre, no?? Puag!) Ya sabéis, el choque cultural.
Los invitados fueron llegando y empezamos a picotear quesos asturianos regados con Rioja (eso sí que es maridaje, y lo demás tonterías). Lolita se retrasaba (se le habría olvidado?) y la llamé varias veces por si acaso, pero nada. Casi una hora, varias tapas de queso y una botella de vino más tarde llegó toda atribulada: Ay, que se me ha olvidado cambiar la hora!!! Nos reímos todos al unísono y la disculpamos de inmediato porque... venía armada con uno de sus impresionantes brazos de gitano. Como para reñirle!!!
El menú fue muy de andar por casa: ensalada, tortilla de patata, cebollitas escabechadas y la consabida fabada. Todos probaron de todo menos Liesa la morcilla (eso es sangre, no?? Puag!) Ya sabéis, el choque cultural.
A los postres llegó Isabel y entre todos dimos cuenta del brazo del gitano (pobretico). Norma echó mano de sus mil batallas y de su particular gestualidad y nos reímos un rato largo. Lástima, se tuvo que ir la primera porque, para variar, se marchaba al dia siguiente de viaje (esta vez sólo a Montreal, normalmente termina en cualquier país del globo). Dave y Liesa también se despidieron y nos quedamos los cuatro españolitos a rajar y rajar hasta las mil. Menudos cuatro, nos quitamos la palabra.
Y las niñas? Carmen en su línea, contando sus historias y mandando callar a unos y otros (es una mandurruchona); Ana, AY!!!, empezaba su semana horribilis con fiebre altísima y dolores varios, así que ni se levantó del sofá en todo el día. Hasta el miércoles por la tarde no fue personita. Pero ésa es otra historia...
Y las niñas? Carmen en su línea, contando sus historias y mandando callar a unos y otros (es una mandurruchona); Ana, AY!!!, empezaba su semana horribilis con fiebre altísima y dolores varios, así que ni se levantó del sofá en todo el día. Hasta el miércoles por la tarde no fue personita. Pero ésa es otra historia...
jueves, 10 de marzo de 2011
II Parte. Happy Birthday Week.
A Perfect Day, A Perfect Weekend.
Esto de hacerse mayor tiene sus ventajas, puedes celebrarte cuantas veces quieras, de la forma que quieras y con quien quieras. Aunque empiezo a preguntarme cómo voy a superar lo de este año, porque, ya sabéis... una vez que te acostumbras a lo bueno es muy dificil volver atrás. Así que ya podéis empezar a pensar en lo que vamos a hacer para el próximo "crisaversario".
El caso es que tras el super-regalazo de mis asturianas favoritas había que hincarle rápidamente el diente a los quesos. El viernes 4 de marzo teníamos ya prevista una cena con nuestras hadas madrinas españolas, Lolita e Isabel, momento perfecto para abrir la caja de pandora de los aromas con ese estupendo Cabrales que venía en la caja. Para variar, ellas llegaron a casa con las manos llenas, no hay forma de que simplemente se presenten a cenar. Lolita trajo dos postres de concurso: un brazo de gitano que no se lo salta un idem, y un postre de chocolate y fresas de tres pisos de altura para zambullirse en él. Isabel apareció con varias bandejas de sushi que cayeron a toda velocidad, aunque la verdadera estrella de la noche fue... el GAMONEDO. Estaba para ponerle un piso. Lo que me duele decir estaba, porque NOS LO HEMOS COMIDO, buuauauuauuauauua. Lágrimas de cocodrilo porque lo suyo lo hemos disfrutado.
Tras la estupenda cena, a la que por cierto Ana faltó porque tenía una super noche de skate-pizza-movie que no iba a cambiar por una cena con unos padres a lo que tiene muy vistos, nos preparamos para la que se nos venía encima al día siguiente: POT-LUCK PARTY.
No me voy a enrollar de nuevo con la loca fiesta multicultural y multiracial, porque lo teneis CASI todo en otro post.
Y llegó el esperado día, ese día en el que me disponía a dejar un 5 para estar más cerca de un 5 mucho mayor, más importante y significativo. !Qué cerca está ya el medio siglo! Glup!
Tillat y Farooq habían diseñado un día completo para mí, el Día Perfecto!!! El plan era salir prontito el domingo de casa, siempre después de nuestras tortitas y MIS REGALOS: toda una colección de libros, comedias escritas por mujeres y sobre mujeres, perfecto; y un precioso fular que Ana escogió para mi y acertó de pleno. ¡Me encanta!
Cogimos nuestro bus 159, nuestro SkyTrain a Waterfront, nuestro SeaBus a Longsdale Quay y allí nos esperaban nuestros super-anfitriones Tillat y Farooq que nos llevaban en su coche a Horseshoe Bay, una preciosa bahía desde la que se puede coger el ferry para ir Bowen Island.
El sol acompañó durante toda la mañana y a la orilla de la bahía nos esperaban, como expuestas en un acuario, docenas de estrellas de mar de 5, 10, 15, 17, 22 brazos!!! Todo un espectáculo. Comimos fish and chips, en un chino! y nos llevaron hasta una preciosa playa, con isla y todo a la que se podía acceder por un puente de piedras que quedaba al descubierto con la marea baja.
De allí nos fuimos a su casa a preparar la cena. Una deliciosa cena paquistaní, con daal, tandoori chicken a la parrilla y un haval (dulce) hecho con zanahorias, cardamomo, azucar y leche en polvo, del que hemos tomado buena nota de la receta.
Por si fuera poco, Heba, su hija apareció en casa para quedarse con las niñas mientras nosotros cuatro nos ibamos al cine, al cine!!! La versión de Barney fue la película elegida y fue un acierto porque es una buena cinta y, además, canadiense.
Volvimos a recoger a las fieras y los Khalid, no contentos con todo lo que ya habían hecho, sacaron una tarta de queso con 2 velas (que discretos ellos) y me regalaron un precioso colgante con un Innusuk, el hombrecillo de piedras que es la imagen de Vancouver. Sin palabras, incapaces de agradecerles el día que nos habían brindado, nos metieron en su coche antes de que pudieramos negarnos y nos trajeron, directos, de vuelta a casa.
¿Será verdad lo del karma? porque todavía no encontramos explicación a tanta hada madrina que se nos aparece en Canadá, o será que viven todas en el Norte?
Os dejo con las fotos para que os entretengáis un rato.
Esto de hacerse mayor tiene sus ventajas, puedes celebrarte cuantas veces quieras, de la forma que quieras y con quien quieras. Aunque empiezo a preguntarme cómo voy a superar lo de este año, porque, ya sabéis... una vez que te acostumbras a lo bueno es muy dificil volver atrás. Así que ya podéis empezar a pensar en lo que vamos a hacer para el próximo "crisaversario".
El caso es que tras el super-regalazo de mis asturianas favoritas había que hincarle rápidamente el diente a los quesos. El viernes 4 de marzo teníamos ya prevista una cena con nuestras hadas madrinas españolas, Lolita e Isabel, momento perfecto para abrir la caja de pandora de los aromas con ese estupendo Cabrales que venía en la caja. Para variar, ellas llegaron a casa con las manos llenas, no hay forma de que simplemente se presenten a cenar. Lolita trajo dos postres de concurso: un brazo de gitano que no se lo salta un idem, y un postre de chocolate y fresas de tres pisos de altura para zambullirse en él. Isabel apareció con varias bandejas de sushi que cayeron a toda velocidad, aunque la verdadera estrella de la noche fue... el GAMONEDO. Estaba para ponerle un piso. Lo que me duele decir estaba, porque NOS LO HEMOS COMIDO, buuauauuauuauauua. Lágrimas de cocodrilo porque lo suyo lo hemos disfrutado.
Tras la estupenda cena, a la que por cierto Ana faltó porque tenía una super noche de skate-pizza-movie que no iba a cambiar por una cena con unos padres a lo que tiene muy vistos, nos preparamos para la que se nos venía encima al día siguiente: POT-LUCK PARTY.
No me voy a enrollar de nuevo con la loca fiesta multicultural y multiracial, porque lo teneis CASI todo en otro post.
Y llegó el esperado día, ese día en el que me disponía a dejar un 5 para estar más cerca de un 5 mucho mayor, más importante y significativo. !Qué cerca está ya el medio siglo! Glup!
Tillat y Farooq habían diseñado un día completo para mí, el Día Perfecto!!! El plan era salir prontito el domingo de casa, siempre después de nuestras tortitas y MIS REGALOS: toda una colección de libros, comedias escritas por mujeres y sobre mujeres, perfecto; y un precioso fular que Ana escogió para mi y acertó de pleno. ¡Me encanta!
Cogimos nuestro bus 159, nuestro SkyTrain a Waterfront, nuestro SeaBus a Longsdale Quay y allí nos esperaban nuestros super-anfitriones Tillat y Farooq que nos llevaban en su coche a Horseshoe Bay, una preciosa bahía desde la que se puede coger el ferry para ir Bowen Island.
El sol acompañó durante toda la mañana y a la orilla de la bahía nos esperaban, como expuestas en un acuario, docenas de estrellas de mar de 5, 10, 15, 17, 22 brazos!!! Todo un espectáculo. Comimos fish and chips, en un chino! y nos llevaron hasta una preciosa playa, con isla y todo a la que se podía acceder por un puente de piedras que quedaba al descubierto con la marea baja.
De allí nos fuimos a su casa a preparar la cena. Una deliciosa cena paquistaní, con daal, tandoori chicken a la parrilla y un haval (dulce) hecho con zanahorias, cardamomo, azucar y leche en polvo, del que hemos tomado buena nota de la receta.
Por si fuera poco, Heba, su hija apareció en casa para quedarse con las niñas mientras nosotros cuatro nos ibamos al cine, al cine!!! La versión de Barney fue la película elegida y fue un acierto porque es una buena cinta y, además, canadiense.
Volvimos a recoger a las fieras y los Khalid, no contentos con todo lo que ya habían hecho, sacaron una tarta de queso con 2 velas (que discretos ellos) y me regalaron un precioso colgante con un Innusuk, el hombrecillo de piedras que es la imagen de Vancouver. Sin palabras, incapaces de agradecerles el día que nos habían brindado, nos metieron en su coche antes de que pudieramos negarnos y nos trajeron, directos, de vuelta a casa.
¿Será verdad lo del karma? porque todavía no encontramos explicación a tanta hada madrina que se nos aparece en Canadá, o será que viven todas en el Norte?
Os dejo con las fotos para que os entretengáis un rato.
Happy Birthday Week |
domingo, 6 de marzo de 2011
Happy Birthday Week. Primera Parte
Capítulo 1: Un inesperado presente
Miércoles, 2 de marzo. No eran ni las diez y media de la mañana cuando oímos llamar a la puerta. Ana fue la primera en levantarse del sillón y correr hacia la entrada. Era un día normal de escuela, pero la pequeña princesa no se encontraba del todo bien. Un virus estomacal rondaba por el colegio y no iba a ser ella la desagradecida que rechazase albergar, por un par de días o tres, a un minúsculo y desamparado germen. Así que se lo trajo a casa, bien cubierto y calentito en su barriguita, para compartirlo con todos nosotros, porque intentó varias veces dejarlo salir por su boca, aunque el bicho se negaba a abandonar a su anfitriona. Ni padre, ni madre estábamos dispuestos a aceptarlo. Carmen intentó compartir el bichito, pero su sistema digestivo no está hecho para desperdiciar ningún alimento, así que optó por una forma más habitual y menos escandalosa para darle salida.
Tras estas pequeñas y escatológicas explicaciones, retomo el hilo de la historia. Ana corrió hacia la puerta, aunque yo me adelanté para ver quién llamaba. El cartero. Abrí y el hombre sostenía en su brazo un voluminoso paquete que venía a entregar. "Mami, mami, What is it?" . A lo que el cartero contestó, "a Christmas present". Tardió, pensé yo, porque recibir en marzo un regalo de Navidad no es precisamente oportuno. Firmamos la entrega, y llevamos el paquete a la mesa de la cocina, sin saber lo adecuado del lugar.
Ana no podía esperar ni un minuto, quería abrirlo a toda costa. Y así lo hicimos, tijera en mano para cortar el embalaje. Lo primero era ver el remite. Oviedo, Ana... Tita Ana y Tita Marta!!!
"¡Mamá, es un regalo de cumpleaños!". Puede que tengas razón, le contesté. Al abrir la caja, vi que era algo más que un regalo de cumpleaños, era todo un desafío a las leyes de inmigración americanas.
Las osadas titas e inmejorables amigas, se habían saltado todo el control de aduanas simplemente declarando el contenido del paquete como lo que era: Artesanía Asturiana.
Un arte ha sido lo suyo. El paquete, de ahora en adelante, cofre del tesoro, contenía toda suerte de viandas asturianas: queso Vidiago, Porrua, Gamonedo, ¡GAMONEDO!, Cabrales, ¡CABRALES!, un kilo de Fabas, y ¡COMPANGO! Chorizo, morcilla, lacón, panceta... Se me caen las lágrimas, al tiempo que se me hace la boca agua. Estoy al borde de la deshidratación!
Paté de oricios y dos cajas de Moscovitas... Ambas nos mirábamos, especialmente Ana vigilaba que mis ojos no se saliesen de sus órbitas. Miré y remiré cada queso una y otra vez para asegurarme de que eran reales. No dejaba de repetir una y otra vez, ¿cómo lo han hecho? No daba crédito a lo que tenía antes mis ojos, y no veía el momento de poder compartir el "premio gordo de la lotería" con Toño. Y todo, cinco días antes de mi cumpleaños!!!
La sincronización no podía haber sido mejor. Teníamos prevista una cena el viernes con nuestras nuevas, aunque ya de toda la vida, amigas españolas, Isabel y Lolita. Ellas serían las primeras en degustar los magníficos quesos asturianos, porque lo de hacer una fabada para cenar, no me parecía lo más indicado. El sábado teníamos la crazy "pot-luck party", y tampoco era un momento para compartir ninguno, NINGUNO, de los tesoros. Pero, el domingo habíamos quedado con nuestros queridos Tillat y Farooq, y con ellos sí que ibamos a disfrutar de las viandas, aunque sólo los quesos y las moscovitas, porque no comen cerdo.
No habíamos tenido tiempo de guardarlo cuando Liesa, nuestra casera, apareció repentinamente en casa. Tenía que recoger unas cosas del sótano. Ana le enseñó emocionada todo el contenido del "cofre del tesoro" y Liesa tampoco salía de su asombro, "¿cómo ha pasado la aduana? Eso es algo que pasará a la historia y formará parte del palmarés de Ana y Marta.
Con tanta emoción, le mañana se escapó entre los dedos y hasta le dió tiempo a Toño de volver del instituto (sí, de vez en cuando va a "trabajar"). En cuanto llegó, Ana le enseñó el tesoro y fijamos una fecha con Liesa para hacer la fabada.
El 13 de marzo sería la fecha señalada.
Miércoles, 2 de marzo. No eran ni las diez y media de la mañana cuando oímos llamar a la puerta. Ana fue la primera en levantarse del sillón y correr hacia la entrada. Era un día normal de escuela, pero la pequeña princesa no se encontraba del todo bien. Un virus estomacal rondaba por el colegio y no iba a ser ella la desagradecida que rechazase albergar, por un par de días o tres, a un minúsculo y desamparado germen. Así que se lo trajo a casa, bien cubierto y calentito en su barriguita, para compartirlo con todos nosotros, porque intentó varias veces dejarlo salir por su boca, aunque el bicho se negaba a abandonar a su anfitriona. Ni padre, ni madre estábamos dispuestos a aceptarlo. Carmen intentó compartir el bichito, pero su sistema digestivo no está hecho para desperdiciar ningún alimento, así que optó por una forma más habitual y menos escandalosa para darle salida.
Tras estas pequeñas y escatológicas explicaciones, retomo el hilo de la historia. Ana corrió hacia la puerta, aunque yo me adelanté para ver quién llamaba. El cartero. Abrí y el hombre sostenía en su brazo un voluminoso paquete que venía a entregar. "Mami, mami, What is it?" . A lo que el cartero contestó, "a Christmas present". Tardió, pensé yo, porque recibir en marzo un regalo de Navidad no es precisamente oportuno. Firmamos la entrega, y llevamos el paquete a la mesa de la cocina, sin saber lo adecuado del lugar.
Ana no podía esperar ni un minuto, quería abrirlo a toda costa. Y así lo hicimos, tijera en mano para cortar el embalaje. Lo primero era ver el remite. Oviedo, Ana... Tita Ana y Tita Marta!!!
"¡Mamá, es un regalo de cumpleaños!". Puede que tengas razón, le contesté. Al abrir la caja, vi que era algo más que un regalo de cumpleaños, era todo un desafío a las leyes de inmigración americanas.
Las osadas titas e inmejorables amigas, se habían saltado todo el control de aduanas simplemente declarando el contenido del paquete como lo que era: Artesanía Asturiana.
Un arte ha sido lo suyo. El paquete, de ahora en adelante, cofre del tesoro, contenía toda suerte de viandas asturianas: queso Vidiago, Porrua, Gamonedo, ¡GAMONEDO!, Cabrales, ¡CABRALES!, un kilo de Fabas, y ¡COMPANGO! Chorizo, morcilla, lacón, panceta... Se me caen las lágrimas, al tiempo que se me hace la boca agua. Estoy al borde de la deshidratación!
Paté de oricios y dos cajas de Moscovitas... Ambas nos mirábamos, especialmente Ana vigilaba que mis ojos no se saliesen de sus órbitas. Miré y remiré cada queso una y otra vez para asegurarme de que eran reales. No dejaba de repetir una y otra vez, ¿cómo lo han hecho? No daba crédito a lo que tenía antes mis ojos, y no veía el momento de poder compartir el "premio gordo de la lotería" con Toño. Y todo, cinco días antes de mi cumpleaños!!!
La sincronización no podía haber sido mejor. Teníamos prevista una cena el viernes con nuestras nuevas, aunque ya de toda la vida, amigas españolas, Isabel y Lolita. Ellas serían las primeras en degustar los magníficos quesos asturianos, porque lo de hacer una fabada para cenar, no me parecía lo más indicado. El sábado teníamos la crazy "pot-luck party", y tampoco era un momento para compartir ninguno, NINGUNO, de los tesoros. Pero, el domingo habíamos quedado con nuestros queridos Tillat y Farooq, y con ellos sí que ibamos a disfrutar de las viandas, aunque sólo los quesos y las moscovitas, porque no comen cerdo.
No habíamos tenido tiempo de guardarlo cuando Liesa, nuestra casera, apareció repentinamente en casa. Tenía que recoger unas cosas del sótano. Ana le enseñó emocionada todo el contenido del "cofre del tesoro" y Liesa tampoco salía de su asombro, "¿cómo ha pasado la aduana? Eso es algo que pasará a la historia y formará parte del palmarés de Ana y Marta.
Con tanta emoción, le mañana se escapó entre los dedos y hasta le dió tiempo a Toño de volver del instituto (sí, de vez en cuando va a "trabajar"). En cuanto llegó, Ana le enseñó el tesoro y fijamos una fecha con Liesa para hacer la fabada.
El 13 de marzo sería la fecha señalada.
... TO BE CONTINUED
sábado, 5 de marzo de 2011
POTLUCK PARTIES... y otras fiestas de guardar
Cuando llegamos a Canadá no teníamos ni idea de qué era esto de las ¨Potluck parties¨. Recuerdo que, cuando me invitaron a la primera, tuve que ir a internet a enterarme (nunca mejor dicho) de qué iba la fiesta. Pues consiste en invitar a mucha gente a disfrutar de una fiesta en la que los propios invitados ponen la comida y la bebida. La última semana hemos tenido dos:
POTLUCK PARTY IN ¨THE CONVERSATION¨: Muchos de los habituales de las clases de conversación nos juntamos de 5 a 8 en el local de siempre. Había comida de todos los rincones del mundo, pero especialmente de Corea: noodles, pastelitos de arroz, pizza, tartas... La gente, pues también de países exótico-recónditos: Iran, Brasil, China, Emiratos Arabes, Moldavia, Corea, dos españolitos escapados de quien sabe donde... Dejamos a las peques con las vecinas (cómo gozan con los perros, los peces, el piano...) y nos embarcamos rumbo a lo desconocido. Sí, mucha fiesta a nuestro alrededor pero ésta fue la primera a la que hemos ido.
POTLUCK PARTY IN ¨THE CONVERSATION¨: Muchos de los habituales de las clases de conversación nos juntamos de 5 a 8 en el local de siempre. Había comida de todos los rincones del mundo, pero especialmente de Corea: noodles, pastelitos de arroz, pizza, tartas... La gente, pues también de países exótico-recónditos: Iran, Brasil, China, Emiratos Arabes, Moldavia, Corea, dos españolitos escapados de quien sabe donde... Dejamos a las peques con las vecinas (cómo gozan con los perros, los peces, el piano...) y nos embarcamos rumbo a lo desconocido. Sí, mucha fiesta a nuestro alrededor pero ésta fue la primera a la que hemos ido.
Ademas de comer y hablar (el inglés es siempre protagonista) bailamos un rato y vimos, un tanto asustados, que los cuatro copos de nieve iniciales se convertían en una nevada tirando a peligrosa. Un muchacho de los Emiratos Arabes Unidos se ofrecio a llevarnos en su deportivo a casa. La situación era kafkiana: un hombre del desierto conduciendo en Canadá con medio palmo de nieve. Llegamos bien a casa pero nos quedamos con el miedo en el cuerpo y con dudas sobre si nuestro beduino llegaría a casa sano y salvo.
POTLUCK PARTY EN CASA CRISTOÑO: Como nos gustó la experiencia, invitamos a toda la troupe a casa para celebrar el cumple de Cris. La profe de conversación y una de sus ayudantes avisaron previamente de que no podían venir. Cris y yo pensamos que no aparecería ni el tato, especialmente cuando en la primera media hora sólo vinieron 3 amigos. Ay, en 10 minutos locos teníamos la casa llena con... 27 personas humanas. La llegada de algunas fue apoteósica: "¿Es ésta la casa de Cris y Toño? Pues nada, que venimos toda la familia (padre, madre y dos niños) porque Max nos invitó¨. Cuando el tal Max, un amigo coreano nuestro, apareció en casa ,ya estaba todo el mundo en su salsa. Me está hecho un liante...
Nos juntamos con comida riquísima y exotiquísima, para variar. De hecho, tenemos sobras para una semana. La gente se sentó por el suelo, iban y venían por la casa... Fue muy divertido. Ana y Carmen no pararon de correr con los otros dos niños por casa, hicieron trucos de magia, bailaron... En su línea.
Bueno, nos planteamos hacer una de estas fiestas cada mes para llenar la nevera, qué os parece la idea???
POTLUCK PARTY EN CASA CRISTOÑO: Como nos gustó la experiencia, invitamos a toda la troupe a casa para celebrar el cumple de Cris. La profe de conversación y una de sus ayudantes avisaron previamente de que no podían venir. Cris y yo pensamos que no aparecería ni el tato, especialmente cuando en la primera media hora sólo vinieron 3 amigos. Ay, en 10 minutos locos teníamos la casa llena con... 27 personas humanas. La llegada de algunas fue apoteósica: "¿Es ésta la casa de Cris y Toño? Pues nada, que venimos toda la familia (padre, madre y dos niños) porque Max nos invitó¨. Cuando el tal Max, un amigo coreano nuestro, apareció en casa ,ya estaba todo el mundo en su salsa. Me está hecho un liante...
Nos juntamos con comida riquísima y exotiquísima, para variar. De hecho, tenemos sobras para una semana. La gente se sentó por el suelo, iban y venían por la casa... Fue muy divertido. Ana y Carmen no pararon de correr con los otros dos niños por casa, hicieron trucos de magia, bailaron... En su línea.
Bueno, nos planteamos hacer una de estas fiestas cada mes para llenar la nevera, qué os parece la idea???
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